
Desde comienzo de año, la fotografía analógica vuelve a surgir con fuerza en el mundo occidental, tanto es así que Kodak ha tenido que contratar a 300 personas más, trabajando a 3 turnos las 24 horas de día, para satisfacer la demanda de carretes analógicos de 35 milímetros
Y nos referimos a la fotografía, que desde hace años está prácticamente monopolizada por la fotografía digital.
Una de las «vacas sagradas» de la fotografía, nos referimos a Kodak, se ha visto impelida a hacer una masiva contratación de personal por el resurgimiento de la fotografía analógica, sí, aquella que funcionaba con carrete.
¿Nos acordamos?

Los que ya peinamos canas si nos acordamos de lo que era la fotografía analógica: el ruido que hacían los mecanismos al sacar una fotografía o tener que pasar manualmente al siguiente negativo una vez grabada la escena.
Aunque la llegada de la fotografía digital fue como un tsunami que se llevó por delante una buena parte de la fotografía analógica, hubo fabricantes, como Kodak, Fuji o Ilford que mantuvieron sus divisiones de fotografía analógica.
Kodak anunció vía Twitter – ¿Cuánto durará la red social en manos de Elon Musk? – que iniciaba el proceso de contratación de personal debido a la demanda que hay entre los consumidores de la fotografía de antaño.
Ahora Kodak se ve desbordada por miles de fotógrafos que han vuelto al carrete fotográfico, tratándose de fotógrafos, tanto profesionales como amateurs que quieren volver a una fotografía más calmada y que hace necesario una mayor pericia.
Tres centenares de contrataciones

Es lo que ha contratado Kodak, debido a que, aunque había mantenido viva la llama de la fotografía analógica, no estaba preparada para un auténtico alud.
Los distribuidores de material de Kodak llaman incesantemente a su matriz para pedir más carretes de 35 milímetros, ya que en pocos días se quedan sin existencias, a pesar de que son aprovisionados cíclicamente de ese tipo de carretes.
El fabricante Kodak confiesa que el único turno de fabricación de film que trabajaba de lunes a viernes está desbordado, y que han tenido que implementar otros dos grupos que están trabajando a tres turnos, las 24 horas del día.
Volver a la fotografía casi artesanal

Miles de fotógrafos al lo largo del todo el mundo vuelven a la fotografía analógica con la intención como un elogio a lo imperfecto o a un tipo de fotografía donde lograr la perfección hace falta de mucho talento.
Lo digital, al menos aparentemente, es más sencillo, porque entre otras cosas, tienes el resultado en pantalla de manera inmediata, por lo que siempre se puede hacer fotografías hasta que se logre el resultado deseado.
Además, la fotografía digital nos permite hacer miles de «disparos» con la misma tarjeta de memoria, lo cual hasta cierto punto banaliza la toma de imágenes; cuando sabes que solo tienes 27 «disparos» se valora más cada fotografía.
No es una moda pasajera

Los expertos afirman que la fotografía analógica ha venido para quedarse, al menos para una parte de la comunidad de fotógrafos, ya que una buena fotografía analógica supera con creces a cualquier par digital.
Ante todo, la fotografía analógica es creatividad, ya que como ya hemos indicado, hay que estar muy seguro de lo que queremos retratar ya que el número de «disparos» que tenemos es limitado.
Además, tenemos que estar muy seguros de todos los parámetros que implementamos en la fotografía, ya que no seremos capaces de ver el resultado hasta que hayamos revelado el carrete.
Y hay entra, con el revelado, otra de las variables que seducen a muchos fotógrafos: la posibilidad de revelar ellos mismos el carrete y aplicar su talento a un proceso que no es baladí a la hora de conseguir el producto final que es la fotografía.
Como consecuencia también se ha impulsado la compra de cámaras analógicas, algo que ha cogido al sector con el pie cambiado, lo que ha producido que el precio de ese tipo de cámaras fotográficas haya aumentado.
Razones para lo analógico

Esta vuelta al pasado tiene que ver mucho con la magia que siempre ha rodeado a lo analógico, el placer de saber que para lograr un producto final de calidad hace falta muchos conocimientos y conocer a fondo la fotografía.
Al otro lado se encuentra la fotografía digital, mucho más fría y automatizada, y que se puede realizar inclusive con un smartphone, de una manera en que las condiciones técnicas de la fotografía no son las que debieran.
Esta moda, como otras muchas, proviene de Estados Unidos, en donde en el primer semestre del año las ventas de material de fotografía analógica han subido un 22%, y como ya hemos dicho, parece que es una moda que llega para quedarse.
También impulso de exposiciones de fotografía analógica

Este nuevo empuje de la fotografía analógica también tiene su correlato en el número de exposiciones que a lo largo y ancho de España se están desarrollando.
Una de las importantes es la que se está exponiendo en el madrileño Museo Reina Sofía, y que lleva por título Genealogías documentales. Fotografía 1848-1917.
En dicha exposición se pueden ver los antecedentes de lo que a posteriori se ha denominado Fotografía Documental, circunscrita a la que se ha realizado en España entre los años 1848 y 1917.
El grueso de las fotografías se centra en documentar la vida de la clase obrera entre los dos años mencionados, siendo su origen la fotografía de un limpiabotas en el Boulevard du Temple en París.
En aquel lejano todavía siglo XIX, la fotografía era algo privativo de las clases burguesas y adineradas, por lo que la aparición en fotografías de la clase obrera era algo en aquella época accidental.
En la exposición también se ilustra el fundamento documental de la fotografía desde sus orígenes debido a que, si algo ha logrado la fotografía, calificada de arte menor hasta hace poco, es dar fe de la evolución que se ha producido en España y en resto del mundo.
Esta exposición se puede ver en el Museo Reina Sofía desde el 16 de noviembre del 2022 hasta el 27 de febrero de 2023, que cuenta con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España y que es comisariada por Jorge Ribalta.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – Taymaz Valley / Jarould / Denis Bourez / Dan Zen / Theen Moy / Rubén Vique