Recién salidas del horno

Google presenta Showcase, un nuevo formato para que los internautas disfruten de los medios online, mientras que en nuestro país los jueces se las ven y las desean para juzgar delitos de injurias y de libertad de expresión que se producen en las redes sociales

Google acaba de presentar Showcase, la nueva herramienta para que sus usuarios puedan disfrutar de las noticias que nos proporciona la empresa que dirige Sundar Pichai.

La nueva utilidad, en la cual en España participan 140 medios, ya está accesible en 18 países, y en el caso de nuestro país estará disponible a partir del próximo jueves.

Cada medio participante en Showcase podrá seleccionar tres artículos para ser publicados, y los internautas los encontrarán a partir de las secciones del buscador en Noticias y Discover, en el caso de los países de habla hispana.

Ante todo, calidad

Es lo que busca Google con la nueva herramienta, primar el periodismo de calidad para contrastarlo con las redes sociales donde la calidad informativa brilla por su ausencia.

De cualquiera de las maneras, en estos momentos y en Showcase, la empresa matriz de Google no puede evitar que los medios se dediquen a publicar noticias sensacionalistas.

Showcase se organiza conforme a paneles, y en cada uno de ellos estarán presentes las publicaciones de cada medio.

Además, las noticias que aparezcan en Showcase dependerá de características propias de cada internauta: de sus intereses, de los medios y las noticias que «consume» habitualmente, y de su historial de navegación en Google.

Ayudar a los medios

El nacimiento de Showcase también tiene mucho que ver con la intención de Google de ayudar a los medios, que, por competencia de las redes sociales, viven una época de crisis.

Por otro lado, la estrategia de utilizar los medios de comunicación para lograr visitas a su buscador, y la venta de su publicidad, es esencial para Google, y ahí también hay que tener en cuenta su interés en los medios.

Lo que se pretende con la existencia de la nueva herramienta es que cada medio pueda maximizar su modelo de negocio, y que por ejemplo medios de comunicación que viven de la publicidad, puedan vender más publicidad.

Las redes sociales provocan una avalancha de pleitos judiciales

A las muchas crisis a las que ha sobrevivido el periodismo se le une ahora otra nueva, y es la influencia que tienen las redes sociales para informar – seguramente malinformar – a la población.

Los jueces españoles se las ven y las desean para trasladar lo que imponen leyes y reglamentos a entornos virtuales como Facebook, Twitter y el resto de las redes sociales.

En dichas redes sociales la línea que existe entre el delito y el ejercicio de la libertad de expresión cada día es más fina y difusa.

Además, cada día es más difícil diferenciar el ejercicio de la libertad de expresión entre periodistas, ciudadanos, influencers y demás «fauna» que ha nacido el calor de las principales redes sociales.

En una de las últimas sentencias más sonadas, un juez ha condenado a tuitero, con miles de seguidores, por haber acusado a un policía municipal madrileño de haber asesinado a un «mantero» senegalés.

 Equivoco de roles

Tal como ha planteado una reciente sentencia de Tribunal Constitucional, muchos de los usuarios de las redes sociales desempeñan una función muy parecida a los periodistas que trabajan en medios más tradicionales.

Y del mismo modo, muchos periodistas se apoyan, cada vez más, en las redes sociales para hacer partícipes de su trabajo a sus seguidores, asemejándose muchas veces a los influencers que tanto dicen despreciar.

El principio de veracidad que se debe de aplicar a los periodistas las sentencias judiciales no muestra claramente que se deba de aplicar también a otros creadores de contenidos en internet.

Y eso, aunque muchos de esos usuarios que crean contenidos en internet realicen, en esencia, la misma labor, o al menos idéntica, a la que desarrollan los periodistas, publique o no en medios digitales.

La no veracidad no tiene por qué terminar en condena

Siendo jurisprudencia del Tribunal Constitucional, aunque los periodistas no tienen obligación de ser infalibles en la emisión de sus informaciones y opiniones, aunque si tiene que ser diligente en la comprobación de las informaciones que publican.

Cuando si pueden ser condenados es cuando publiquen informaciones sin haber sido estas contrastadas y por no comprobar los datos que conforman la información, termina publicando algo que es un bulo.

El no publicar en un medio tradicional, online u offline, no es un eximente, dado que ha quedado demostrado que diversas redes sociales, como puedan ser Facebook o Twitter, tienen una mayor difusión que muchos medios.

 En esas condiciones – seguimos hablando de las redes sociales – el alcance de una red social puede ser muchísimo más amplio que el que puede lograr, por ejemplo, una cabecera local o regional.

Por lo tanto, la necesidad de veracidad también es exigible a todos aquellos que publican noticias y opiniones en cualesquiera de redes sociales a las que tiene acceso cualquier internauta.

Delitos contra el honor

Son los que más habitualmente tienen que dictar sentencia los jueces en el ámbito de las redes sociales.

Muchas veces una red social es una «selva» donde los insultos y los delitos contra el honor están a la vuelta de la esquina.

Famoso fue el caso de Luis Pineda, que atentó contra el honor contra el presidente de FACUA, Rubén Sánchez, y que, tras un proceso judicial, el líder de AUSBANC fue condenado por dicho delito.

Libertad de expresión

Es otro de los bienes jurídicos que están día sí y día también en los juzgados de media España y ahí el criterio es que cuando el encausado es un periodista, a este se le debe de exigir más veracidad en sus noticias y opiniones que a alguien que no lo es.

En estos casos, en las redes sociales, lo delitos más sentenciados tienen que ver con las injurias, sean estas leves o graves, como ha pasado con el caso del mantero Mame Mbaye que falleció en 2018 en Lavapiés.

En ese caso Alfonso Loaiza fue condenado y tuvo que pagar 2.100 euros a un policía municipal madrileño que fue acusado por Loaiza de haber asesinado al mantero, cuando el mismo falleció por un ataque cardiaco después de una carrera.

Fuente – EL PAÍS / el diario

Imagen – Zoetnet / Metro Centric / IAEA ImageBank / Seattle Municipal Archives / Amber apparently / Job For Felons Hub / Thomas Quine / National Party

Publicado por Gonzalo Sánchez del Pozo

Sobre todo apasionado: de las letras, de los paisajes, de los lugares insondables, de las historias, de los personajes, de las situaciones, de los mares, de las montañas. Nómada, como cantaba Franco Batiatto, "que busca los ángulos de la tranquilidad, en las nieblas del norte, en los tumultos civilizados, entre los claros oscuros y la monotonía de los días que pasan".

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