No bajar la guardia ni en vacaciones

El periodo estival, y más si estamos de vacaciones, suele ser también un periodo en el cual nos abandonamos, también en lo que tiene que ver con nuestra seguridad informática. Sin embargo, los ciberdelincuentes no descasan ni en verano. Tener una baja seguridad informática en este periodo nos puede poner en problemas

Con el periodo estival y las vacaciones de verano, en todo lo que tiene que ver con la seguridad informática, hay una cierta tendencia a bajar la guardia. Craso error, ya que los cibercriminales no descansan ni en vacaciones.

De hecho, el periodo estival es uno de los preferidos de los piratas informáticos para perpetrar sus delitos. Mantener una seguridad informática básica, algo que no es excesivamente gravoso, nos ahorrará muchos disgustos.

La omnipresencia de los dispositivos móviles

Los cibercriminales están dejando de lado los dispositivos tradicionales para centrarse en los dispositivos móviles omnipresentes en nuestra día a día, y ahí el smartphone es el rey.

En verano utilizamos los teléfonos móviles para casi todo: desde ilustrar muestras vacaciones con una profusión de fotografías hasta utilizarlo para orientarnos si viajamos al extranjero o a un destino nacional que no conocemos.

Por lo general en verano relajamos la seguridad informática, lo que es un craso error debido a que los piratas informáticos operan los doce meses del año. Simplemente por conectarnos a una red púbica de WIFI podemos tener muchos problemas.

Alquileres falsos

Es un mal recurrente a los periodos vacacionales, y no se circunscriben únicamente a las vacaciones de verano.

Debemos de desconfiar de las ofertas excesivamente baratas, así como de las excusas que pueden poner los supuestos propietarios para no enseñarnos la propiedad inmobiliaria.

 Una de las excusas más manidas es que el propietario de la vivienda se encuentra en esos momentos en el extranjero.

Hay que tener en cuenta que, en caso de fraude, una de las maneras de encontrar a los delincuentes es lograr la trazabilidad de lo pagos. Por ello es conveniente que si se va a realizar un pago se haga en una cuenta de una entidad financiera nacional.

Debemos de sospechar cuando se nos indica que se haga el pago en una cuenta corriente de una entidad extranjera o pagos a través de empresas de envío de divisas como pueda ser MoneyGram.

Una buena manera de saber si nos encontramos ante una estafa consiste en pedir al casero algo que se sale de lo normal, como por ejemplo pintar una habitación; por lo general los supuestos propietarios no se opondrán.

Utilizar plataformas para alquilar

Puede ser una buena medida para evitarnos sorpresas. Esas plataformas, como pueda ser Air BNB si establecen protocolos de seguridad para certificar tanto la propiedad inmobiliaria como a los propietarios.

La única desventaja es que alquilar una casa de veraneo a través de una plataforma suele ser más caro, pero el plus de seguridad que tendremos bien vale pagar un poco más por pasar el verano confortablemente.

Cuidado con las fotografías

Con la consolidación de las redes sociales, muchos han desarrollado un auténtico furor por contar, además en tiempo real, cómo están pasando sus vacaciones.

Sin embargo, determinadas fotografías pueden dar demasiada información sobre lo que estamos viviendo, dónde estamos y otro tipo de información que pueden ser utilizados por los delincuentes.

Si vamos de vacaciones en el extranjero y además las fotografías nos las sacamos en lugares conocidos, estamos informando, indirectamente, que no estamos en nuestro domicilio.

Los cacos podrían aprovechar ese momento para acceder a nuestro domicilio y entrar a robar nuestras posesiones, con lo cual el verano nos saldría mayúsculo.

Otro consejo es que hay que tener cuidado con las geolocalizaciones que, aunque la foto no haya sido sacada en una ubicación icónica, informa en tiempo real cuándo hemos sacado esa fotografía y dónde nos encontramos.

Mantener la reputación

Por otro lado, estando de vacaciones tendemos a desinhibirnos mucho más, participamos en fiestas donde nos podemos comportar de una manera desinhibida, más si en la fiesta en cuestión está regada por el alcohol.

Antes de subir una fotografía a una red social debemos de plantearnos como va a envejecer la misma, esto es, si dentro de tres o cuatro años nos va a convenir que hayamos compartido esa imagen en nuestro perfil.

Lo que a los veinte años puede resultar graciosos unos años después, con obligaciones, trabajo y familia puede no ser tan gracioso y podría provocarnos una crisis en nuestra reputación, tanto en la online como en la offline.

Por otro lado, las fotografías también se roban. Muchas veces esas fotografías robadas se pueden utilizar para abrir perfiles falsos en redes sociales con una intención de cometer algún tipo de delito.

No es buena idea conectarse a un WIFI público

Estando de viaje, y con el fin de ahorrar algún dinero, son legión las personas que utilizan redes WIFI públicas, de aeropuertos u hoteles, para desde navegar a consultar el correo electrónico.

Con el paso de los años, y con la aparición de planes de datos con GB ilimitados, cada día es menos habitual que tengamos que recurrir a una red WIFI pública para consultar el correo electrónico o incluso navegar en internet.

En esas situaciones el riesgo se convierte en exponencial, ya que cuando nos conectamos utilizando una red WIFI pública desconocemos la configuración de la misma o inclusive quién se conecta a ella.

Es relativamente famoso el programa de televisión en el que Chema Alonso, un pirata de sombrero blanco y que trabaja para Telefónica, explicaba como podíamos modificar el SSID de una red privada.

Esa red privada, modificando su identificador, daba la impresión de ser una red WIFI pública. Todos los que se conectaban a ella ponían sus datos en peligro, y sus datos eran robados.

Evidentemente, era solo una prueba que hacía Chema Alonso, pero mostraba muy bien los mil y un trucos que pueden utilizar los ciberdelincuentes para hacerse con nuestros datos.

No olvidarnos de las copias de seguridad

Esa inconsciencia que nos entra en verano también se traslada a la falta de diligencia sobre las copias de seguridad.

De la misma manera que en nuestros entornos laborales son esenciales las copias de seguridad, toda la información que generamos en nuestros veranos, sobre todo las fotografías, también son vitales.

Estando de viaje, no es muy operativo acarrear discos duros para guardar toda esa información, pero afortunadamente existen discos duros virtuales, como pueda ser OneDrive o Dropbox.

En ambos servicios, y otros más que existen, podemos, con una conexión a internet que puede ser los datos de nuestros dispositivos móviles, subir todas esas fotografías al disco duro virtual para tener a buen recaudo nuestros recuerdos.

Fuente – EL PAÍS

Imagen – Charleston`s The Digitel / Mark / airbnb / Kevin Dooley / Donostia – San Sebastián / Ed Kholer / Phillip Schatz

Publicado por Gonzalo Sánchez del Pozo

Sobre todo apasionado: de las letras, de los paisajes, de los lugares insondables, de las historias, de los personajes, de las situaciones, de los mares, de las montañas. Nómada, como cantaba Franco Batiatto, "que busca los ángulos de la tranquilidad, en las nieblas del norte, en los tumultos civilizados, entre los claros oscuros y la monotonía de los días que pasan".

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