
Una reciente iniciativa del Ministerio de Trabajo que dirige Yolanda Díaz ha desarrollado una herramienta que pretende arrojar luz sobre los algoritmos que afectan al trabajo de miles de personas más, para hacerlos transparentes. La guía también es una potente herramienta orientada hacia las empresas
Gracias a una herramienta que ha presentado el pasado viernes el Ministerio de Trabajo que pretende hacer los mismos lo más transparente posibles.
Desde el departamento de Yolanda Díez se pretende evitar los efectos perversos que sobre los trabajadores pueden tener determinadas fórmulas matemáticas que mediatizan su trabajo.
Sin embargo, y haciendo un año que las empresas tienen la obligación legal de hacer públicos dichos algoritmos, se cuentan con los dedos de la mano las compañías que los han hecho públicos.
A servicio de los trabajadores

La herramienta desarrollada por el Ministerio de Trabajo permite a los empleados pedir información a las empresas sobre los algoritmos que los gobiernan en su actividad laboral.
Se trata de un derecho laboral más, logrado a través de la que se conoce coloquialmente como la Ley Rider, y que permite a cualquier comité de empresa interpelar a la dirección de su compañía sobre ese particular.
A pesar del nuevo derecho adquirido, los sindicatos ven difícil, al menos en estos momentos, su aplicación.
Con la nueva herramienta los trabajadores o sus representantes saben a ciencia cierta que información, sobre los algoritmos, pueden solicitar a su empleador, el cual está obligado a responder.
Además, la aplicación también permite a las empresas crear sus algoritmos adhiriéndose a un decálogo de buenas prácticas, que por otro lado es de obligado cumplimiento.
Tu jefe es un algoritmo

La aplicación llega en un momento en el cual las quejas sindicales aumentan exponencialmente sobre sistemas automatizados que gobierna muchos aspectos de su trabajo diario.
Dichos algoritmos, además de organizar el trabajo, valoran y puntúan a los trabajadores en valores como la productividad y el rendimiento.
En lo que tiene que ver con la organización del trabajo, esas fórmulas matemáticas asignan los horarios y las cargas de trabajo e incluso llegan a juzgar si alguien necesita un ascenso o no.
De hecho, en nuestro país son miles los trabajadores cuyo jefe es un algoritmo, y no como solía ser al uso, una persona de carne y hueso, con lo cual muchas veces las decisiones son mucho más frías y racionales.
A favor de los trabajadores

Sin embargo, o al menos esa es la filosofía de la actual cúpula de Trabajo, los algoritmos aplicados al mundo del trabajo debieran servir para liberar de fatigas excesivas y mejorar la calidad del trabajo.
Sin embargo, al menos en el actual uso por las empresas, los algoritmos tienen un efecto perverso sobre la mayoría de los trabajadores, y la herramienta diseñada por Trabajo pretende combatir eso.
Anatomía de la nueva herramienta

Con el aplicativo desarrollado por el Ministerio de Trabajo se accede a un formulario que tiene como objeto que las empresas concreten y sistematicen las obligaciones empresariales de información.
De este modo los trabajadores pueden comprender los entresijos técnicos más importantes de esos algoritmos que gobiernan su trabajo.
Los comités de empresa también pueden determinar si los algoritmos se ciñen a lo legislado sobre esos sistemas automáticos que toman ya muchas decisiones en el ámbito laboral.
Pensado para que sean los comités de empresa los que recaben la información ante las empresas, estas estarían obligadas a dar información sobre los sistemas de inteligencia artificial que organizan el trabajo y que afectan a otros aspectos de la relación laboral.
Las compañías también tendrían que indicar en que tecnología se encuentran implementados los algoritmos laborales, y que empresa los ha diseñado en caso de que no sean de creación propia.
Por su parte, las empresas deberían, una vez que les ha sido remitida la petición de información deberían comunicar información significativa, clara, simple y lógica sobre los algoritmos que utilizan.
Eso implica también hacer explícitos y transparentes las variables y los parámetros utilizados y que afectan directamente a los trabajadores.
Información para las empresas

Pero la herramienta no es de parte, es decir, no solo está al servicio de los trabajadores, sino que también pretende orientar a las empresas sobre todo lo que tiene que ver con el diseño, implementación y uso de los algoritmos.
Las empresas pueden acceder a un informe, elaborado por Trabajo, sobre cual es el uso a nivel internacional de los algoritmos utilizados en el amplio espectro de lo que supone el trabajo y sus derivadas.
El informe también abunda sobre las consecuencias, también a nivel internacional y en todo rango de compañías, que está teniendo el uso de los algoritmos en el mundo del trabajo.
Por otro lado, el aplicativo también muestra que ya existe un marco legal en nuestro país que regula el uso de los algoritmos laborales; ahora se hace necesario determinar como aplicar la legislación al efecto.
A nivel práctico, y una vez determinado legislativamente que los algoritmos que afectan a la organización y decisiones empresariales tienen que ser transparentes, es hora de meterse en harina.
Se trata de trasponer esa legislación para lograr la aplicación práctica de la misma, de manera que los algoritmos cumplan las especificaciones técnicas que aparecen reflejados en lo que coloquialmente se conoce como la Ley Rider.
Pagar lo justo

Otro de los objetivos de la herramienta promovida por el Ministerio de Trabajo es que las empresas que todavía no han desarrollado esos algoritmos, pero lo harán en un futuro próximo, se ubiquen.
El desconocimiento de muchas empresas sobre el mercado de los algoritmos laborales está provocando que a muchas de ellas les den gato por liebre, con desarrolladores que «inflan» los precios.
Hay una acusada tendencia, a la hora del diseño de algoritmos aplicados al mundo del trabajo, de hacer excesivamente complejos los mismos presentándolos como más eficientes, e incrementando excesivamente el precio de los mismos.
Con la presente guía del Ministerio de Trabajo también se pretende que las empresas puedan hacer una evaluación objetiva del tipo de algoritmos que necesitan y que no paguen por sistemas que no lo valen.
Fuente – el diario
Imagen – George Postoronca / Akhila Akhu / Derek Gavey / Sinn Féin / Ryan Adams / Paul Wilkinson / David Goehring