El no parar de las redes sociales

Ahora que la mayoría de los españoles estamos de vacaciones, aquellas profesiones que tienen que ver con las redes sociales tienen su principal «pico» de trabajo, con la mayoría de influencers buscando las mejores fotografías para enseñar en Facebook o Instagram

Para los trabajadores en general, nos remontamos a los albores de la revolución industrial, conseguir que el domingo se convirtiese en día festivo costó mucha lucha y mucha sangre.

Posteriormente el movimiento obrero logró que todo el fin de semana fuese festivo y un poco más adelante se logró que la jornada laboral no superase las 8 horas, de lunes a viernes.

La llegada de las redes sociales, un negocio que está abierto las 24 horas del día, ha trastocado el merecido descanso que necesitan las personas que trabajan en dicho negocio, desde los influencers hasta los community managers.

El verano se impone

Es justo ahora cuando las personas que comparten su intimidad con sus seguidores, especialmente los influencers, pasan largas jornadas buscando la fotografía perfecta que puedan subir a sus redes sociales.

Lo que ya podemos denominar, por derecho propio, la «vieja normalidad» se impone, y especialmente por ser periodo vacacional para los que más usan las redes sociales, los jóvenes, el estrés cunde en todos aquellos que tienen las redes sociales como su forma de vida.

Los estudios demuestran que el uso de redes sociales en verano se incrementa mucho; en el caso concreto de un estudio llevado a cabo por Adglow, en plena canícula el 21% de los españoles hacen uso de las redes sociales.

Si nos ceñimos exclusivamente a la población joven, el incremento de uso de las redes sociales en periodo estival llega al 30%, siendo las más utilizadas por este colectivo Facebook, Instagram y Twitter.

Lo que buscan ahora los influencers es lograr la imagen del verano: esas vacaciones que han pasado en los lugares más exclusivos o bien aquellos influencers que les van las emociones fuertes, realizando cualquier tipo de actividad de aventura.

Con la pandemia a favor

Pero el mayor incremento de uso de redes sociales se ha producido en lo más duro de la pandemia, sobre todo debido a que miles de trabajadores se fueron a sus casas a trabajar.

Además, durante el «cerrojazo», con la población enclaustrada en sus domicilios, casi el único modo de mantener algo que se pareciese a la relación social, se tenía que vehicular por medio de Facebook, Twitter y demás redes sociales.

Las redes sociales también sirvieron para que los enfermos de SARS-Cov-2 que se encontraban ingresados en los hospitales pudiesen mantener algún tipo de comunicación con sus familiares, sirviéndoles Facebook e Instagram como consuelo en su convalecencia.

En el año que media entre enero de 2020 y enero de 2021, el uso de redes sociales se incrementó un 27%, batiendo récords en las interacciones que se produjeron en las mismas durante ese periodo.

Nosotros somos el producto

Es la relación que mantienen los usuarios con las redes sociales, aunque muchas veces ni adivinen que existe esa relación.

Somos nosotros los que llevamos a cabo ciento de interacciones con otros usuarios de las redes sociales, los que subimos cientos de fotografías y vídeos y los que contamos nuestra vida en ellas.

Por lo tanto, nosotros somos el producto que se consume en las redes sociales, un producto que a sus gestores les salimos gratis.

Esto mismo, aunque en formato televisivo ya lo enunciaron los artistas Richard Serra y Carlota Fay Schoolman en un vídeo ensayo en el que denunciaban eso mismo.

El enemigo conoce el sistema

Es el último ensayo de la periodista Marta Peirano en donde en sus tesis podemos encontrar un buen conocimiento de lo que verdaderamente son las redes sociales.

Peirano no cree que las redes sociales – Facebook, Twitter, Instagram – o las grandes tecnológicas vayan a convertirse en grandes imperios, pero si se pueden convertir en instrumentos para lograr esos imperios.

Ya nadie duda que el «oro negro» del siglo XXI son los datos y la manipulación de estos, ya que permiten una capacidad de predicción que no se conocía hasta ahora, habiéndose convertido en el «sueño húmedo» de cualquier publicista.

Con el análisis masivo de datos con el Big Data se puede predecir que vamos a hacer, cuáles son nuestros hobbies, cuando estamos más predispuestos a comprar determinados bienes y otras muchas cosas que son vitales para una economía de mercado.

Depende del uso que les demos

En el caso de las redes sociales el debate maniqueo sobre si son malas o son buenas es un debate viciado de raíz.

La bondad o el perjuicio que nos pueden proporcionar las redes sociales dependen del uso que se les dé: de hecho ha habido exitosas campañas de desobediencia civil en Facebook o se ha utilizado Tik Tok para exitosas campañas antirracistas.

Un estudio realizado en el 2017 por la Royal Society of Public Health británica que contó con la concurrencia de una muestra de 1.500 jóvenes entre los 14 y los 24 años, demostró la relación entre uso masivo de estas y los problemas de salud mental.  

Aquellos jóvenes que pasan más de dos horas en redes sociales son más proclives a sufrir problemas de salud mental, con síntomas como angustia, ansiedad y depresión.

El principal problema de los mass media tiene que ver con que los jóvenes, para los cuales su grupo de relación es vital, ya no se comparan con su grupo más próximo, sino que la comparación se produce con miles de jóvenes de su edad.

La actualización perenne

Es lo que nos ofrecen las redes sociales, un carrusel que no acaba nunca, mostrándonos una imagen del mundo que muchas veces no se corresponde con la realidad, con miles de jóvenes buscando solo un like.

Además, otro de las concepciones irreales de las redes sociales es que nos presentan un mundo binario, donde al sí solo se le opone el no, algo que afortunadamente no sucede en la realidad.

Por otro lado, cuanto más tiempo pasamos en las redes sociales más se modela nuestra percepción binaria de la realidad, una realidad, que repetimos, que no es la que existe en la realidad.

Fuente – el diario

Fuente – Kaila Yu / Güldem Üstün / Jazz Guy / Facebook / Casa del Libro / Twitter / Heath Cajandig

Publicado por Gonzalo Sánchez del Pozo

Sobre todo apasionado: de las letras, de los paisajes, de los lugares insondables, de las historias, de los personajes, de las situaciones, de los mares, de las montañas. Nómada, como cantaba Franco Batiatto, "que busca los ángulos de la tranquilidad, en las nieblas del norte, en los tumultos civilizados, entre los claros oscuros y la monotonía de los días que pasan".

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