
Europa se apresta a crear su propia moneda virtual, una criptomoneda que se busca que sea un método de pago y no un vehículo de inversión, para evitar su uso para la realización de operaciones financieras fraudulentas, ya que otras monedas, como el Bitcoin, se utilizan para financiar operaciones de tráfico de drogas y de armas
Una suerte de euro digital se va abriendo camino, y una de las primeras investigaciones del grupo de estudio para el euro digital tendrá que ver con el blanqueo de dinero.
Lo que se pretende evitar es que la primera moneda virtual europea se pueda convertir en un caldo de cultivo para actividades ilícitas, como ya lo son otras monedas virtuales, como el Bitcoin o Monero.
Proyecto de BCE

El proyecto nace auspiciado por el Banco Central Europeo, y se ha iniciado con una fase de investigación inicial que por lo pronto durará dos años.
La «parte del león» tendrá que ver con el diseño de la nueva criptomoneda, y todo parece indicar que la cantidad máxima de emisión de moneda estará controlada, especialmente para evitar que se convierta en un «valor refugio» para actividades ilícitas.
En la fase teórica de la nueva criptomoneda inclusive está previsto que se consulte a la ciudadanía sobre determinados aspectos de lo que ya se conoce como euro virtual.
Lo que ya se tiene claro es que una vez la comisión culmine la etapa de estudio, la emisión efectiva de la moneda tardará un periodo máximo de tres años.
Durante estos 36 meses se van a evaluar, entre otras materias, la concepción teórica de la nueva moneda virtual y las soluciones tecnológicas que se puedan utilizar, buscando ante todo la reutilización de tecnologías ya existentes.
Un dinero más seguro

Es uno de los objetivos del proyecto de euro digital, el aseguramiento de la moneda, esto es, introducir los suficientes mecanismos de seguridad digital como para que la nueva criptomoneda sea, ante todo, segura.
Se trataría de evitar que el euro digital se convierta en sinónimo de actividades ilícitas, una mala fama que arrostran una gran cantidad de criptomonedas, como es el caso del Bitcoin y otras.
De lo que se trata es de que, con la tutela de la entidad emisora que dirige Christine Lagarde, empresas y ciudadanos europeos puedan utilizar un método de pago seguro y que indirectamente servirá para la lucha contra el blanqueo de capitales.
Una de las cosas que permite la tecnología blockchain que sustenta las criptomonedas es que se trata de un sistema de auditoría descentralizado, lo que implica una completa trazabilidad de las criptomonedas en todo momento.
En contacto directo con el parlamento europeo

Otro de los objetivos del euro virtual es que su desarrollo es propiciado y monitorizado por el parlamento europeo, entiendo que dicho parlamento también va a tener un contacto estrecho con la sociedad civil.
Desde el órgano legislativo se van a mantener intensas reuniones con ciudadanos, empresas y empresarios para dilucidar cuál es el tipo de moneda digital que verdaderamente necesita Europa.
Dentro del órgano legislativo europeo será el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios el encargado de pilotar todo el proceso, un comité que se encuentra liderado por Irene Tinagli, a la sazón es su presidenta.
Curso 2022 – 2023

Será el momento en el cual se estudiarán aspectos como el diseño de la nueva moneda virtual y el impacto que puede tener el sistema financiero europeo.
También se evaluará todo lo que tiene que ver con uso efectivo, dilucidando aspectos que tienen que ver con la cantidad de euros que particulares y empresas podrán poseer, habida cuenta que la masa monetaria será limitada.
En el caso de las personas físicas, ningún ciudadano de la Unión Europea podrá tener más de 3.000 euros digitales, tratándose de la cantidad media per cápita que tiene actualmente cada europeo.
Impedir actividades ilícitas

La limitación en la cantidad de los futuros euros digitales que va a poder poseer cada ciudadano está pensada para evitar que la criptomoneda europea se convierta en un refugio para la delincuencia.
La meteórica historia del resto de criptomonedas, con incidencia especial en el Bitcoin, es que se ha convertido en un valor refugio para todo tipo de actividades delincuenciales, desde el blanqueo de capitales al tráfico de drogas y armas.
De lo que se trata es de crear una moneda que se pueda convertir en un método de pago, no en un vehículo de inversión, ya que de convertirse en esto último el BCE seguramente tendría un problema con el blanqueo de dinero.
Pruebas de la tecnología

El BCE con el concurso de las entidades emisoras de la zona euro lleva meses testando tecnologías para ver cual puede ser la más adecuada para el despliegue del futuro euro virtual.
Entre las dos tecnologías que más posibilidades tienen de convertirse en intermediarias en el euro virtual, una de ellas se podría vasar en una ya preexistente, nos referimos a TARGET.
También conocida como servicio de liquidación de pagos inmediatos, es una tecnología de registros distribuidos que casaría muy bien con la teoría y la práctica en lo que el BCE quiere implementar como la moneda virtual europea.
Con la tecnología de TARGET se podría, además de manera sencilla, procesar los 300.000 millones de euros de pagos minoristas que se producen todos los años en la zona euro, además con la suficiente rapidez.
TARGET es capaz de procesar 40.000 transacciones por segundo, por lo que fácilmente se convertiría en la «punta de lanza» tecnológica del futuro euro virtual.
Inclusive también se ha demostrado, que de utilizar TARGET, la huella de carbono que dejaría el euro virtual sería insignificante si se pone en relación con el consumo de energía y emisiones de efecto invernadero que provoca la utilización del Bitcoin.
Hay que tener en cuenta que el uso de Bitcoin, a nivel mundial, provoca un gasto energético que sería la suma de toda la energía que gastan en un año Portugal y Grecia.
Fuente – el diario
Imagen – David Stanley / Dinu Dominic Manns / U.S. Army Materiel Command / European Parliament / Office of Public Affairs / Steve Jurvetson