
El desarrollo tecnológico, querámoslo o no, siempre ha estado ligado a la guerra. Son miles a lo largo de la historia los artefactos que en un primer momento se utilizaron en el arsenal de diversos ejércitos y posteriormente a esas tecnologías se les dio un uso civil
Casi todo el mundo ha oído hablar del complejo industrial – militar en Estados Unidos, un estamento que según muchas teorías conspirativas forma parte de lo que se denomina deep state.
En las guerras de hoy, y es posible que el proceso comenzase con la primera piedra y el primer palo que se utilizaron como arma arrojadiza hace miles de años, la tecnología es un arma más en cualquier conflicto bélico.
De hecho, aunque los sinónimos principales de las guerras son muerte, destrucción, masacres y hambrunas, no podemos negar que espolean tecnológica a las naciones que entran en liza.
En los conflictos bélicos se desarrollan muchas tecnologías que posteriormente tiene un doble uso en la sociedad civil; uno de esos ejemplos es el GPS, que se desarrolló como tecnología militar y ahora se usa habitualmente en la sociedad civil.
De la proximidad a la distancia

La evolución de los teatros de operaciones bélicos ha seguido una tendencia imparable que ha ido de hacer una guerra en la proximidad de los contendientes, a hacerse prácticamente a distancia.
Hagamos un somero recorrido por los campos de batalla: del cuerpo a cuerpo se pasó a una distancia que fue aumentando con el tiempo: de lanzas, arcos y ballestas se pasó a armas de fuego que fueron ampliando con las décadas su distancia de tiro.
Por no hablar de la invención de la artillería, que con el paso de los años permitió lanzar proyectiles desde kilómetros de distancia, la aviación y los bombardeos o los misiles balísticos intercontinentales.
Drones con aplicaciones bélicas: ojos y oídos

La historia de las guerras ha ido, progresivamente, alejando a los combatientes del campo de batalla, y los drones de uso militar no han sino aumentado ese alejamiento.
En un primer momento, la utilización de drones y de pequeños jeeps teledirigidos desde la distancia tuvo una función únicamente de reconocimiento.
Permitían escudriñar al enemigo con un operador de dron que podía estar a kilómetros de distancia y que podía ver y oír lo que estaban haciendo, por ejemplo, en las trincheras enemigas o en una de sus bases.
Drones con capacidades ofensivas

Por lo general, los drones que se utilizan para labores de reconocimiento, aunque son de pequeño tamaño, utilizan tecnologías muy desarrolladas en lo que tiene que ver con la captación de imágenes y sonido.
Pero la tecnología militar para drones ha ido un paso más, desarrollando drones – con dimensiones de pequeños aviones – que pueden desarrollar capacidades ofensivas, porque muchos de ellos son capaces de portar misiles y una amplia panoplia de armas.
Uno de los modelos, que se hizo famoso por abatir a uno de los hijos de Osama Ben Laden en el año 2009, es el RQ-170, un dron manufacturado por la Lockheed Martin.
Como ya hemos dicho, utilizar un dron permite que el operador pueda estar cómodamente sentado a miles de kilómetros de distancia del campo de batalla.
Muchos de los drones operados por la USAF en Afganistán o en Irak tienen a los operadores en bases aéreas en suelo estadounidense.
Guerra híbrida

Es el nuevo paradigma de conflicto bélico y se refiere el hecho de que la fisonomía del conflicto bélico adquiere dimensiones que exceden a un teatro de operaciones habitual en el que se enfrentan los ejércitos de varios países.
Uno de los nuevos campos de batalla es internet, utilizando como «armas» desde ordenadores a dispositivos móviles, no en vano hay que subrayar que la red de redes surge como un proyecto militar norteamericano en la guerra fría.
Parece ser que el primer país que rompió hostilidades en internet fue Corea del Norte cuando atacó los servidores de Sony Pictures, debido a que el estudio cinematográfico había producido una película la cual el «amado líder» – nos referimos a Kim Jong – un – no quedaba muy bien parado.
La respuesta de Estados Unidos no se hizo esperar y durante varias jornadas el servicio de internet de Corea del Norte sufrió continuos cortes que los norcoreanos achacaron a un ataque cibernético norteamericano.
El talón de Aquiles norteamericano

Es precisamente internet, ya que Estados Unidos tiene 290 millones de internautas, solo siendo superado por India y China, una de sus infraestructuras críticas.
El alto índice de penetración de internet en la sociedad norteamericana, hace que miles de transacciones de todo tipo, incluidas las bancarias, se realicen utilizando la red de redes, muchas veces desde dispositivos móviles.
Al mismo tiempo, muchas de las grandes transnacionales de la sociedad de la información son estadounidenses y sus servicios centrales están en suelo norteamericano.
Hablamos de empresas como Google, Facebook, o Cloudflare, una de las principales empresas del ramo de la computación en la nube; que esas empresas sean atacadas con éxito puede suponer un «apagón» en medio mundo.
En China, la otra potencia unipolar, es famosa la Unidad 61398, una unidad del Ejército Popular de Liberación especializada en ciberguerra, y a la que Estados Unidos acusa de un ataque informático que sufrió el Pentágono en el año 2018.
La Guerra de las Galaxias

El espacio también se ha convertido en terreno de contienda, ya desde los albores de la carrera espacial, donde Estados Unidos y la URSS competían por, entre otras cosas, poder llevar astronautas a otros planetas.
Tan en serio se toma la «guerra de las galaxias» la actual administración norteamericana que Donald Trump ha anunciado la creación de una nueva arma: a las ya tradicionales armada, ejército de tierra y fuerza aérea se une la Fuerza Especial.
La misión de la Fuerza Especial, al menos por ahora, no es fabricar una estrella de la muerte a la guisa de la saga de la Guerra de las Galaxias, si no de proteger satélites de comunicaciones y vehículos tripulados, o no, enviados al espacio entre otros por la NASA.
No es un argumento «cogido por los pelos» la creación de una Fuerza Especial, después de que China, el nuevo enemigo a batir, haya desintegrado uno de sus satélites de comunicaciones desde de tierra que se encontraba orbitando a una distancia de 800 kilómetros en el espacio.
Fuente – Computer Hoy / Lockheed Martin RQ-170 en Wikipedia / Unidad 61398 del Ejército Popular de Liberación en Wikipedia
Imagen – George N / 7th Army Training Command / The U.S. Army / The National Guard / Dick Thomas Johnson / Yuri Samoilov / Wendy Harman